Las apuestas deportivas tienen raíces antiguas. En la antigua Grecia, los ciudadanos apostaban en los Juegos Olímpicos, mientras que en Roma, las apuestas estaban vinculadas a los espectáculos de gladiadores y carreras de carros. El desarrollo moderno comenzó en el siglo XVIII en Inglaterra, donde surgieron las primeras casas de apuestas reguladas.

En Estados Unidos, las apuestas crecieron con la Ley de Protección del Deporte Amateur (PASPA) de 1992, que limitó su legalidad. Sin embargo, tras su revocación en 2018, los estados pudieron regularlas individualmente, lo que llevó a un mercado floreciente. En 2021, las apuestas deportivas en EE.UU. alcanzaron los USD 52,7 mil millones, marcando un récord en la industria.